¿Cómo lograr una métrica que cambie vidas?
El mundo ha tratado de abordar la pobreza extrema a través de diversos medios, y se ha logrado cierto éxito, como la disminución del porcentaje de personas que viven con menos de 1,90 dólares al día. Sin embargo, según datos del año 2013, 767 millones de personas viven con menos de ese jornal. El progreso es lento y no del todo inclusivo.
Mejorar los indicadores del progreso económico y social es un paso fundamental para abordar los problemas más apremiantes que enfrentan los países hoy. Las mediciones y la recopilación de datos son acciones cada vez más importantes que ayudan a determinar el impacto potencial que pueden tener los gobiernos, el sector público y privado y las instituciones multilaterales. Con cientos de indicadores y datos disponibles, cada vez es más claro que adoptar un enfoque multidimensional es la forma más completa de realizar no sólo un análisis adecuado, sino también encontrar soluciones concretas a los problemas.
A medida que los líderes mundiales miran hacia adelante, será esencial que se formen estrategias que capaciten a los miembros más marginados y vulnerables de la sociedad.
Desafortunadamente, muchos de los sistemas de medición existentes han quedado obsoletos y requieren cambios estructurales para reflejar el contexto actual. Es más, la mayoría de las métricas de hoy no involucran a las personas que buscan medir, o sea a los pobres, como arquitectos o protagonistas de su potencial progreso. Las personas no reciben una hoja de ruta para salir de la pobreza, sino que usualmente se les reduce a puntos de datos.
Es importante entender que las métricas tienen el potencial de cambiar vidas. Con la información que se recopila, las métricas de hoy deben traer claridad a la realidad abrumadora de la pobreza y proporcionar dimensiones digeribles y accionables.
El Semáforo de Eliminación de Pobreza de la Fundación Paraguaya hace justamente eso. Es una métrica y, al mismo tiempo, una metodología que permite a las familias medir su nivel de pobreza e identificar y crear estrategias personalizadas para resolver sus privaciones específicas. A través de una encuesta, cada familia autodiagnostica su nivel de pobreza y desarrolla una estrategia personalizada para salir de ella permanentemente. La familia genera su propio “Mapa de vida”.
Al desglosar el inmenso concepto de pobreza en problemas manejables más pequeños que se pueden resolver a través de acciones, las encuestas hacen visibles fenómenos invisibles en forma de dimensiones e indicadores. La metodología genera planes de eliminación de la pobreza que van más allá de meros subsidios, para provocar cambios en los patrones típicos que crean y sostienen la pobreza.
Las métricas que aprovechan la recolección y el análisis de datos deben ser una parte clave de la formación de un plan sostenible para el futuro, pero su influencia es limitada si no se combina con la acción.
Al tratar de abordar los derechos humanos básicos y el bienestar, es vital que los líderes de opinión y los agentes de cambio comprendan que muchos indicadores configuran el perfil de un país con respecto al crecimiento socio-económico y que es necesario pintar un cuadro completo de las situaciones familiares para predecir el futuro de un país y planificar su éxito.
Escrito por Stephanie Manciagli, analista de Réplicas internacionales para Poverty Stoplight en Fundación Paraguaya.